martes, 9 de junio de 2015

Cosmetología algo más que una vocación

La paciencia es la mejor arma de toda cosmetóloga


Con mucha paciencia y devoción día a día Alby Salón atiende a más de 20 clientes diarios.

Por Mercy Portillo

Alba Luz López Sabrían trabajando con dedicación
Foto por Mercy Portillo

Desde pequeña sentía cierta pasión por mejorar la apariencia de mis muñecas, era una niña con una colección de muñecas a las que le cortaba el cabello, las peinaba y las vestía, normalmente las niñas cuando son pequeñas en lugar de cuidar sus muñecas les quitaban las piernas, las manos y eran muñecas todas despelucadas yo era diferente “las cuidaba mucho”.

Siempre me considere una niña sencilla, humilde y paciente, cualidades de gran importancia para llegar a ser una gran cosmetóloga en la vida, “la paciencia” es la mejor arma que cualquier persona a la que le interesa dedicarse a la cosmetología debe de tener en primer lugar.

En mi niñez como toda niña hice muchas travesuras, pero la que más recuerdo es cuando estaba jugando con mis primitas, ellas habían ido de visita a la casa nos pusimos a jugar arranca cebolla me acuerdo que una de mis primas se agarro de un poste y nosotras halándola entonces caímos encima de la más pequeña y mi papa me castigo.

Estudie de primero a noveno grado en el Centro Escolar Sor Enríquez, mi bachillerato lo saque en el Instituto Católico Carol Woftila, al salir del bachillerato opte por la opción de estudiar cosmetología en  San Salvador motivo por el cual viví una temporada en la capital mientras terminaba mi vocación.

Mis mayores alegrías en mi vida las viví en dos ocasiones, la primera cuando cumplí 15, pues siempre soñé con una fiesta de 15 años y la tuve, mi segunda mayor felicidad fue el saber que contaba con el apoyo de mis padres para estudiar lo que a mí más me gustaba en la vida, mi mayor pasión la cosmetología.

Nunca vi la cosmetología como un pasatiempo, ni  mucho menos como un negocio con el que me podía enriquecer, siempre vi la cosmetología como algo bonito el sentirme bien con ayudar a sentirse bien a las otras personas eso era suficiente para mí.

Cuando estudiaba también trabajaba en una impulsadora con eso ayudaba a mis padres con los gastos de mis mismos estudios, mi primer sueldo me lo gaste con mi familia, comprando lo necesario para el hogar, con eso yo era feliz mis pasatiempos eran arreglarme, mi película favorita es en el bosque y mi amor platónico Chayanne “fantasías”.

Pero ya en la realidad cuando inicie mi propio negocio ya eran varias las personas que me buscaban porque mucho antes había estado al lado de otras cosmetólogas como en Alta gracia Salón, tuve el apoyo de otras personas para independizarme  así poco a poquito me fui llenando de clientas.

En mi negocio apoye a estudiantes de cosmetologías para que fueran avanzando en su aprendizaje, conmigo estuvieron 3 señoritas, Michell, Griselda y Mauda que fue la más recientes, ellas tenían la oportunidad de estudiar aprender más y ganar su dinero porque aquí se les pagaba por su trabajo.

Hace poco en el año 2014 me enferme estuve ingresada, me operaron ese fue uno de los momentos más tristes de mi vida, tuve que quitar mi negocio por que no podía atender más a mis clientas, al recuperarme, varias de mis clientas me preguntaban por qué ya no trabajaba y que siguiera, entonces por un tiempo estuve trabajando por llamado, mis clientas me llamaban entonces yo iba hasta sus casas.

El otro momento más triste de mi vida fue cuando mi hija decidió irse con su papa para Estados Unidos, solo tengo una hija, no soy casada, estuve acompañada, mi compañero de vida decidió emigrar para EE.UU me quede sola con mi hija pero yo ya me podía valer por mi misma y darle lo necesario.

Al pasar el tiempo volví a establecer mi negocio. Alby Salón está disponible de lunes a domingo, la mayoría de mis clientas me llaman por teléfono antes para reservar tiempo porque a veces se me llena, a mis 43 años tengo un negocio del cual me siento muy orgullosa.

La cosmetología es un negocio productivo económicamente, pero algo más que el dinero es trabajar siempre con humildad, sencillez o de la mano de Dios. Mi concejo para las señoritas que sienten pasión por la cosmetología es que leechen ganas todo en la vida se puede si uno quiere y que no tengan miedo, que no hagan caso a los comentarios, hay muchos negocios pero es la personalidad y el profesionalismo de la cosmetóloga el que cuenta.

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