Cambiar el rumbo que lleva nuestra vida, depende de uno
mismo
En el largo trayecto de la vida se toman malas decisiones, pero nunca es tarde para reincidirse al buen camino.
Por Alicia Fermán
La
vida suele vivirse y visualizarse de diferentes perspectivas para cada ser
humano, hay quienes cuentan con los recursos necesarios para salir adelante,
una buena educación, valores inculcados desde su niñez en el hogar, una carrera
universitaria, en fin, todo para saber cómo enfrentarse a ella, subsistir y
salir adelante día con día.
Pero
existen los que, por alguna razón, tomaron malas decisiones, ya sea porque
crecieron sin tener en sus vidas a una persona que les inculcase lo antes
mencionado, sin que alguien les instruyera, esos, quienes a lo mejor, crecieron
sin un hogar, sin una familia, quienes, quizá, fueron abandonados y se criaron
en la calle, por lo que tomaron el camino que les resulto más fácil.
En
ellos vamos a enfocarnos, a quienes la sociedad margina y señala, esos seres
humanos que por diversas razones, cada uno tiene una diferente, decidieron
hacer lo “malo” y no lo “bueno”, y por tal razón están pagando una condena en
alguna prisión del país.
Muchos
de ellos inocentes, simplemente por estar en el lugar indebido a la hora incorrecta
o con la persona equivocada, en fin, culpables o inocentes están ahí, tras unas
rejas de hierro sólido, que les impide estar con los suyos, sus familias, sin
tener nada más que hacer que acatar las órdenes dadas y buscar en ese lugar una
manera en que invertir las 24 horas de cada día.
Pero
dentro de un mundo lleno de dedos que los señalan y discriminan, personas que
desean lo peor para cada uno de ellos; existen también seres humanos que
quieren ser parte de un cambio radical en sus vidas o simplemente ayudar a
generar el mismo.
Es
por eso que en los diferentes centros penitenciarios del país se imparten
talleres de reinserción social, para que cada privado de libertad pueda
invertir su tiempo y aprenda un oficio, así en el momento de quedar en libertad
cuente con una forma de subsistir.
Enel centro de readaptación para mujeres, ubicado en Ilopango, por ejemplo, se
imparten diversos talleres para las internas, entre ellos uno de cosmetología, al cual asisten varias de las
privadas de libertad, para invertir sana y útilmente su tiempo.
Según
algunas de las internas de ese centro penitenciario, asistir a estos talleres
les ayuda para poder pasar a fase de confianza, es por tal razón que ellas
deciden ser parte de ellos, porque además de aprender un oficio que les servirá
de mucho, tanto dentro como fuera de ese lugar, reciben beneficios para reducir
su condena.
De
hecho, en el centro penitenciario, algunas de las internas, que ya finalizaron
el taller de cosmetología, tiene un salón de belleza, hacen cortes,
coloraciones, manicura y pedicura, trenzas de diferentes tipos, entre otras
cosas; de esta manera ellas ganan dinero ahí adentro y subsisten, porque para
ellas vivir en ese lugar no es fácil.
El
taller de cosmetología es el que más afluencia de alumnas tiene, ya que a gran
parte de las internas les gusta arreglarse, a pesar de que estén dentro y no
haya nadie “especial” a quien lucirle, a ellas les gusta estar siempre bellas y
ayudar a las demás a estar de igual manera.
Para
las internas no es fácil tener un negocio dentro del penal, ya que para
abastecerse con productos no es igual que afuera, en cualquier lugar, donde se
va a un determinado establecimiento y uno mismo compra lo que necesita; ahí,
para ellas, las cosas son totalmente diferentes, ellas deben enviar permisos
para que las personas que lleguen a visitarlas les ingresen lo que necesitan, a
veces no son aprobados todos los productos y además hay ciertas cantidades que
se les permiten, no todo lo que ellas quieran.
Sin
embargo ellas agradecen el esfuerzo de las personas que, de alguna manera, les
ayudan a reincidirse por el buen camino, en especial a las personas que sin
recibir un sueldo llegan a ese lugar y les imparten los talleres, ya que sin la
ayuda de esos seres humanos ellas no sabrían que hacer para subsistir dentro la
cárcel.
Además
afirman que ahí adentro, cada quien decide si seguir llevando la vida que ha
llevado hasta este día o si cambiar el rumbo de la misma, y agregan que no
todas asisten a los talleres sino solamente quienes quieren reincidirse
socialmente.
ACOES referente a la reinserción social
Marilyn Morales de Pineda, Presidenta de ACOES
Foto por: Emeli Santamaría
“La
persona que desee realmente un cambio en su vida va hacer lo que sea para ser
diferente”, expresó Marilyn Morales de Pineda, Presidenta de la Asociación de
Cosmetólogas y Estilistas Salvadoreños (ACOES).
Según
de Pineda, en la asociación se trata de ayudar a las personas que salen de un
centro penitenciario, cuando estos llegan a ACOES para pedir esa ayuda, sin
embargo e la mayoría de los casos es muy complicado pues casi siempre es solo
por un tiempo y luego se desaparecen.
“Solamente
son llamarada de tusa”, dijo Marilyn, agregó que cuando se desaparecen se les
da seguimiento para animarlos e incitarlos a seguir adelante, pero cuando
empiezan a drogarse, embriagarse, y más, dejan todo esto y por eso no terminan
de formarse, aunque ya cuentan con lo básico.
Sin
embargo existen quienes si terminan de formarse y al salir de una cárcel, donde
han estado privadas de su libertad durante poco o mucho tiempo, afuera siguen
formándose y algunas llegan a tener su propio salón de belleza.
Cabe
mencionar que ACOES, no es un lugar para formarse como cosmetóloga, porque para
eso existen academias, sino donde están asociados todos los profesionales en
esta área y también para seguir ampliando su conocimiento.
Como
Asociación, el gobierno en ningún momento les ha pedido que impartan talleres
en los centro penitenciarios, pero algunas de los miembros lo han hecho de
manera particular, simplemente para ayudar en la reinserción social.
El
cambio depende de uno mismo, las demás personas solamente pueden ayudar, pero
quien decide cambiar es la misma persona, en la vida no hay quien no se
equivoque, pero si es bueno reincidirse al camino del bien y luchar por salir
adelante.
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